30 de agosto de 2004

Mar de la infancia

El Atlántico (La foto es de Mae)
He vuelto al mar de mi infancia. No fue el primer mar que vi, ni el único, cuando era niño, pero sí es del que recuerdos más vivos, alegres e impresionantes tengo. Es, concretamente, el trocito de océano que acaricia las Rías Baixas gallegas, más concretamente allí donde el las aguas del milenario Miño van a morir, tras separar y acercar a la vez el sur de Galicia del norte de Portugal.
Qué bello ha sido volver y compartir con ella un paisaje, un clima y unos colores que son un poco parte de mi. Por momentos, ante la inmensidad de ese mar, ante las playas que vieron arrivar a la Pinta con las primeras noticias del descubrimiento de América, he vuelto a ser el niño que miraba, con una mezcla de tristeza y asombro al tiempo, a aquella señora que andaba (y anda aún hoy) por Playa América o por Playa Ladeira cantando: ¡Barquiiiiños! ¡Barquiiiiños!. Me ha alegrado ver cómo los niños siguen comprando barquillos a aquella señora. Es como si no hubiera pasado el tiempo. Como si todo, o casi todo, estuviera como lo vi hace diez, quince, veinte años.
Me ha hecho muy feliz volver al mar de mi infancia.