Uso fácil
Vivir en la época de transición entre la comunicación humano-humano a humano-máquina no es nada fácil. Al menos a mi generación no nos enseñaron en el colegio a reservar unas entradas para el teatro hablando por teléfono con una máquina, a pagar una plaza de parking a una máquina ni tan siquiera a adquirir un billete sencillo del metro a través de una máquina que ingiere monedas y emite ruidos.
La teoría dice que las máquinas nos hacen la vida más fácil. Los expertos en ergonomía e usabilidad se exprimen las meninges para parir interfaces entre nosotros los imperfectos humanos y las todopoderosas máquinas, pero a mi me parece que la telaraña se complica cada vez más y más y que terminamos perdidos en un intrincado laberinto de pasillos absurdos y esquinas muertas. En el siglo XVI los monarcas absolutistas (cuán aburrida debía ser su vida) mandaban crear laberintos en los jardines de sus palacios para entretenerse, hoy el laberinto es nuestro día a día, es el tablero donde discurren todos nuestros movimientos y ay de aquel que no sepa desenvolverse según las caprichosas y cambiantes reglas que deciden unos pocos.
Ya casi nunca hay funcionarios somnolientos en las taquillas del metro, estas quedan cerradas y oscuras, asumiendo que el espacio que ocupan posiblemente mañana lo expropien máquinas expendedoras de sandwiches fríos o de cualquier cosa prefabricada e impostora. De espaldas a la taquilla otrora puesto de trabajo de un humano yo, que como y soy todavía útil a la sociedad gracias a las máquinas, miro la pantalla táctil de la máquina automática vendedora de billetes. A la ya conocida interfaz le han añadido en esta nueva versión un botón al menú que dice "USO FÁCIL". Uno pulsa sobre él y accede a una pantalla ciertamente más fácil de utilizar, con los botones y los textos más grandes, más intuitiva que dicen los expertos, acompañado además de una voz robótica que le orienta a uno en el proceso de compra. Un primor, vamos.
Mientras la máquina hace ruidos y escupe de malos modos mi billete sencillo pienso en que si hay un USO FÁCIL es porque el modo habitual es el USO DIFÍCIL. Así pues... ¿Por qué estos cabrones no disponen el USO FÁCIL por defecto?
Paradojas de eso que llaman usabilidad...
3 Comments:
Ay amigo!
Porque siempre es más fácil complicarse la vida.
Ójala los humanos tuviéramos la opción del modo fácil...
Me gustan mucho tus reflexiones.
Tienes un don mágico, (siempre lo has tenido), recogiendo tus pensamientos desde tus preciosos ojos marrones hasta el borde de tus manos.
Creo que tus propósitos de año nuevo están bien. Un poco autodesctructivos pero contestatarios.
Espero que "amar" no esté en la lista porque te sientas completo. Y si no, espero volver a encontrarte por si te puedo echar una mano. Maldición... no quería ser tan directa ;)
Ay cariño, qué gracia me hace que te tiren los trastos, jajajajaja!!!
Anónima, tranquila que estamos muy bien, muy felices y muy casados, ¡ojalá tengas tú suerte también!
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