24 de septiembre de 2003

Impropiedad intelectual

Hace un par de dí­as acudí­ a una tienda de reprografí­a con el fin de fotocopiar un par de libros.
Recordaré toda mi vida la palidez del chico de la tienda, su mirada esquiva hacia la bolsa, su nerviosismo palpable... "No puedo -me susurraba-, lo siento... es que son muy grandes...uf, es que me la juego...".
La verdad es que no insistí­ mucho al pobre muchacho e hice bien, él mismo me contó después los problemas que habí­a tenido y podrí­a tener. "Mira lo que he tenido que poner" y señalaba a la entrada, donde había un gran cartel que rezaba: NO SE REPRODUCEN LIBROS.

Los señores de corbata y sus legiones de abogados pretenden convencernos de que leyes restrictivas del copyright protegen al autor y su obra. Falso. La restricción que supone el copyright se basa en la idea de "propiedad intelectual". El derecho a la propiedad privada de bienes se sostiene en que esos bienes son finitos (incluso escasos), y que si tú te compras un chalé en la sierra, ese chalé es tuyo, sólo tuyo, y nadie puede apropiarse de él.

La figura legal de "propiedad intelectual" no se refiere a bienes materiales, si no a ideas. ¿Cuánto pesa una idea? ¿Qué forma tiene? ¿Me da usted, por favor cuarto y mitad de esas ideas de ahí? ¿Es una idea una propiedad? El absurdo de leyes restrictivas como la del copyright es claro y manifiesto: Si yo leo un libro donde se exponen unas ideas y, a partir de ellas, yo elaboro otras ideas... ¿Debo pagarle royalties al autor? ¿Vendo mis ideas?

Lo que más me dolió de todo fue que en aquella tienda me sentí­ como un delicuente. Parece ser que mi delito es el deseo de acceder a unos determinados conocimientos. Si alguien no tiene 60€ para gastarlos en un determinado libro, no puede acceder a las ideas que en él se expresen. Entonces... ¿A quién protege el copyright?

El copyright no protege al autor, pues al autor lo que le interesa es llegar al mayor número de personas posibles (ese binomio perverso de copia "pirateada" = copia no vendida es tambien falso, y ya lo demostraré en otro momento) para que su obra sea conocida y reconocida.

El copyright tal y como está formulado actualmente a quien protege es a los que más tienen y a su llamado "tren de vida", yates, mansiones y fiestas con coca y putas de lujo. Privilegia a los que sí­ tienen esos 60€ para comprarse un libro sobre los que no los tienen, que ven como cada vez su poder adquisivo disminuye y, con él, el acceso a la cultura. ¿A quién interesa esto?

Quizá estoy empenzando a volverme un paranoico pero cada vez ato más cabos (libros, música, software, medicamentos...) y veo lo bien engranado que está todo. Los grandes criminales, los verdaderos criminales, criminalizan a los que menos tienen y que demandan un acceso a la cultura y a las ideas, ya que estas no son un chalé en la sierra sino bienes de la Humanidad.

Y encima le llaman a uno pirata. Pirata tú y tu puta madre, chato.