Sefarad S.A.

La cultura hispánica salda así una justa deuda con una de sus raíces, la judía, en uno de los lugares que antaño alumbraron el enriquecimiento humano que supone la interacción entre diferentes culturas en una misma sociedad. Sin embargo, y en honor al rigor histórico, debe señalarse que la visión idílica de las "Tres culturas" dista un tanto de la verdad: en la Edad Media hubo periodos de convivencia pacífica, pero también de tensión y enfrentamientos entre ellas.
Mientras que Europa demuestra un exquisito respeto a la cultura judía (ayer en Toledo, hace unos días en la inauguración de la Gran Sinagoga de Munich), el jefe del estado israelí, Ariel Ultra, lava su ropa de manchas de sangre y despotrica contra Europa y los medios de comunicación europeos tildándolos de "antisemitas". Será acaso porque aquí no acabamos de entender qué se soluciona levantando muros (nosotros de muros algo entendemos) al tiempo que se continúa practicando el más descarado terrorismo de estado. O será que le molesta que algunos (sólo algunos) políticos europeos utilicen la lengua en expresar su opinión sobre el conflicto palestino-israelí en vez de utilizarla en lamer el ano del Emperador, que es lo que desea Yahvé.
Para mi los judíos se merecen como pueblo el mismo respeto que cualquier otro, y disfruto conociendo su cultura y entendiendo las aportaciones que a la mia prestaron. Pero ya que están tan de moda vocablos como fundamentalismo, que el Emperador y su bufones pretenden que relacionemos en exclusiva al Islam, diré que unos señores que piensan firmemente que ellos son el pueblo elegido y que cuando llegué el Mesías (el suyo, el bueno, el de verdad) ellos alcanzarán la gloria y a los demás les darán por el culo también me parecen muy fundamentalistas, empezando por eso, por los fundamentos de su religión, que son excluyentes y racistas en el mejor de los casos. Ya me diréis en qué difiere este planteamiento del corpus dogmático de cientos de sectas que proliferan por el planeta.
Claro que hacer cualquier objeción sobre lo judío es automáticamente antisemitismo. Cualquier crítica a la política del terror de Israel es también antisemitismo. Y a mi me parece que la clase dirigente hebrea lleva viviendo demasiado tiempo de las rentas del holocausto, y ya es hora de que se acaben los privilegios y la impunidad de sus crímenes, en igualdad al resto de las naciones y pueblos del planeta.
Por cierto, si queréis más información sobre el Museo Sefardí de Toledo, no visitéis su página web, mejor consumís algo de telemierda y prensa marrón esta semana, que seguro que disfrutáis de unos reportajes estupendísmos sobre paseo del Principito por la sinagoga.
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