9 de julio de 2004

Al spam, spam, y al vino, vino

Como sabéis, el correo masivo no solicitado (spam) ha sido y es una de las lacras del Interné. Sin embargo, al igual que hay gente que engulle y paladea con fruicción la telemierda, hay individuos que revindican su derecho a disfrutar de la cibermierda.

Xele me envía un post que encontró en unas news en el cual un tipo se queja de los filtros para evitar este correo a priori indeseado. Dice entre otras cosas:

Ese correo que algunos llaman basura a mi me gustaba (...) ahora ya no recibo nada, quiénes son ellos para decidir por mi el correo que debo recibir y el que no debo recibir, quién les ha dado derecho para autoproclamarse jueces para decidir qué correos son basura, quiénes son ellos para decidir lo que no me conviene leer, eran mis correos, yo no les he pedido que me los quiten, son mios (sic) y quiero que me los devuelban (sic).

Pues tiene razón. Si al él mola el rollo... Hay otras personas que han decidido darle una "utilidad" al spam que reciben en su cuenta de correo. Es el caso de una tal Kristin Thomas, que mantiene un blog en el que construye poemas con frases obtenidas de estos correos:

Spam Poetry

Siempre hay un roto para un descosido, dice la sabiduría popular.