7 de septiembre de 2004

Héroes

Oh we can beat them, for ever and ever / Then we could be Heroes, just for one day
David Bowie, Heroes

Esta noche he soñado que guardaba cola en la charcutería de mi barrio y que, cuando me llegaba el turno, pedía sin vacilar cuarto y mitad de carne picada de héroe.

-Muy buena esa carne de héroe, joven - me comentaba una sexagenaria y dicharachera clienta-. No hay otra mejor para las hamburguesas que les hago a mis nietos.

Yo sonreía y asentía a la señora mientras pagaba con billetes con manchas de sangre reseca a un grueso y sudoroso charcutero que me recordaba al de Delicatessen.

-¡Hay que ver, mucho mejor la carne de héroe de hoy en día que la del 36! - exclamaba alborozada otra mujer.

Yo simplemente callaba y agachaba la mirada mientras salía del establecimiento con mi bolsita de carne de héroe y yendo a mi casa pensaba en los héroes que habían dado su vida en conflictos armados, matanzas, genocidios, atentados, para que nosotros pudierámonos comérnoslos y seguir viviendo. Pensaba también que antaño a los héroes se les enterraba y se les recordaba dignificándoles. ¡Qué cosas! Cómo había cambiado todo: Ahora a los héroes, a los que verdaderamente merecen ese nombre (no a esos titiriteros que viven de la farándula mediática, no a los generales ni a los ministros), a ésos mártires anónimos nos los comemos y a veces hasta nos indigestan. ¡Qué cosas! Cómo hemos terminado: Fagocitándonos sin pudor en las escuelas, en los bingos, en las calles, en los conventos.