Que pase el siguiente

Como habréis comprobado, desde hace un tiempo los prohombres de Blogger nos han puesto una cabecera que sustituye a los ads de Google. En esta cabecera, aparte de un buscador (gracias, majos) hay un maravilloso botón que pone:

NEXT BLOG

Utilísimo. Uno esta aburrido y se pone a saltar de bitácora en bitácora viendo el panorama que hay en la blogosfera: frustradas, camellos, narcisistas, adolescentes con crisis de identidad, no tan adolescentes con crisis de identidad, verduleras, mercaderes, vagos, pseudoninfómanas, vendedores de coches, vendedores de seguros, zooterapeutas, onanistas compulsivos y alguno que otro que pensó una vez que su ombligo era el universo y ahora anda más bien perdido pasando horas respondiendo mensajes de las fans en vez disfrutar de todo lo que hay más allá del ordenador (en serio, hay vida más allá...).

Vaya por delante que me parece fenomenal que cada uno tenga su blog, y que lo tenga y lo mantenga como le dé la real gana. Pero a mi el botoncito este del next blog me ha llenado de alegría y de temor al tiempo.

De alegría porque, hasta hace poco, pensaba que este blog era más bien malo. Pues parece que no, o yo no he tenido mucha suerte en mis cada vez menos frecuentes paseos por la blogosfera, pero... Virgencita, que me quede como estoy...

De temor porque desde hace unos días oigo una voz que proviene de un cajón que contiene libretas y cuadernos, casi abandonados, y ahora dudo si no me he vuelto a equivocar de sitio por segunda vez.

Quizá, o quizá no, os cuente algún día la primera vez que, con mis escritos debajo del brazo, me equivoqué de lugar.