El hombre que comía diccionarios
Dando vueltas por internet, he topado con un par de páginas bastante interesantes.
La primera es El hombre que comía diccionarios, una web babélica completamente anónima donde la gente postea fragmentos, aforismos o poemas de autores varios. Con un diseño ultra-minimalista, que sólo aspira a presentar el contenido elegante y funcionalmente y evitar por tanto eclipsar al protagonista de la web: el texto puro y duro.
La segunda de ellas es Abecedario de la gravedad, hecha enteramente en Flash. No os digo nada más para que la disfrutéis por vosotros mismos.
Menos es más, decían los arquitectos californianos allá por los 70, máxima de la que luego una generación de diseñadores hizo su lema. La idea pura, en un contexto simplificado y desprovisto de excesos, se muestra, desde luego, contundente. Creo que estás dos webs son un buen ejemplo aplicado a la creación en internet.
La primera es El hombre que comía diccionarios, una web babélica completamente anónima donde la gente postea fragmentos, aforismos o poemas de autores varios. Con un diseño ultra-minimalista, que sólo aspira a presentar el contenido elegante y funcionalmente y evitar por tanto eclipsar al protagonista de la web: el texto puro y duro.
La segunda de ellas es Abecedario de la gravedad, hecha enteramente en Flash. No os digo nada más para que la disfrutéis por vosotros mismos.
Menos es más, decían los arquitectos californianos allá por los 70, máxima de la que luego una generación de diseñadores hizo su lema. La idea pura, en un contexto simplificado y desprovisto de excesos, se muestra, desde luego, contundente. Creo que estás dos webs son un buen ejemplo aplicado a la creación en internet.
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