Los cuatreros de la cultura atacan de nuevo
Ayer se presentaron 200.000 firmas ante el Defensor del Pueblo contrarias a la aplicación de un canon a las bibliotecas en concepto de compensación a los autores por el préstamo de libros.
Esta vez el atropello proviene de Bruselas en forma de recomendación de la Comisión Europea. El gobierno español, que empezó con muchos bríos una serie de medidas en favor de la cultura (intentó bajar los impuestos de los cd's de música, pero no le dejaron por contravenir una directiva comunitaria), parece que se opondrá en principio a la aplicación de este canon. Lo más probable es que España sea demandada y pierda en los tribunales, posibilidad ante la cual la ministra de Cultura ha sugerido que el sobrecoste de este canon correrá por cuenta de los presupuestos del estado. Es decir, de todos.
Se equivocan los voceros y corifeos de los Señores del Dinero: los que nos oponemos a este tipo de chantajes económicos no queremos que música y libros sean gratis. Es justo que un escritor y quien le edita reciban una remuneración por su trabajo, si este es valorado por el público. Otra cosa es que yo coja en préstamo una obra de Thomas de Quincey, por ejemplo, y una panda de hijos de puta sin oficio ni beneficio se lleven dinero porque sí.
Si hay un libro en la estantería de una biblioteca, es porque ha sido previamente adquirido. Escritor y editor ya han sido compensados de antemano. Lo que ocurre aquí, al igual que con la música, es que las bibliotecas no convienen, son peligrosas. Uno va a una biblioteca, coje una novela, la lee. Otro día coje otra. Unas le gustarán más, otras menos. En unos casos uno pensará menos mal que no se me ocurrió comprar este pestiño, en otros este libro es un buen regalo (para un amigo o para uno mismo). Así, uno se forja un gusto propio, investiga por si mismo, compara, y puede hacerlo porque tiene acceso a unos bienes culturales, libros en este caso. Y eso no conviene, es peligroso.
Lo que desean los cuatreros es que usted compre el último Premio Chupyguay Amañado de Antemano, no que usted elija sus lecturas. Que compre usted el último cd de Artista Creado en Laboratorio de Marketing, no que elija usted su música.
Ya lo he dicho antes, pero yo lo veo negro, negrísimo. La cultura en la Edad Media estaba en las abadías y en el futuro próximo estará en las corporaciones multinacionales. Y los que menos recursos tienen no dispondrán de acceso a ella. Un pueblo inculto es un pueblo sometido.
El Gobierno desoye a la Comisión Europea y se niega a aplicar el canon por préstamo en bibliotecas públicas
Doscientas mil firmas contra el canon de bibliotecas
El gobierno no piensa implantar un canon a las bibliotecas
Esta vez el atropello proviene de Bruselas en forma de recomendación de la Comisión Europea. El gobierno español, que empezó con muchos bríos una serie de medidas en favor de la cultura (intentó bajar los impuestos de los cd's de música, pero no le dejaron por contravenir una directiva comunitaria), parece que se opondrá en principio a la aplicación de este canon. Lo más probable es que España sea demandada y pierda en los tribunales, posibilidad ante la cual la ministra de Cultura ha sugerido que el sobrecoste de este canon correrá por cuenta de los presupuestos del estado. Es decir, de todos.
Se equivocan los voceros y corifeos de los Señores del Dinero: los que nos oponemos a este tipo de chantajes económicos no queremos que música y libros sean gratis. Es justo que un escritor y quien le edita reciban una remuneración por su trabajo, si este es valorado por el público. Otra cosa es que yo coja en préstamo una obra de Thomas de Quincey, por ejemplo, y una panda de hijos de puta sin oficio ni beneficio se lleven dinero porque sí.
Si hay un libro en la estantería de una biblioteca, es porque ha sido previamente adquirido. Escritor y editor ya han sido compensados de antemano. Lo que ocurre aquí, al igual que con la música, es que las bibliotecas no convienen, son peligrosas. Uno va a una biblioteca, coje una novela, la lee. Otro día coje otra. Unas le gustarán más, otras menos. En unos casos uno pensará menos mal que no se me ocurrió comprar este pestiño, en otros este libro es un buen regalo (para un amigo o para uno mismo). Así, uno se forja un gusto propio, investiga por si mismo, compara, y puede hacerlo porque tiene acceso a unos bienes culturales, libros en este caso. Y eso no conviene, es peligroso.
Lo que desean los cuatreros es que usted compre el último Premio Chupyguay Amañado de Antemano, no que usted elija sus lecturas. Que compre usted el último cd de Artista Creado en Laboratorio de Marketing, no que elija usted su música.
Ya lo he dicho antes, pero yo lo veo negro, negrísimo. La cultura en la Edad Media estaba en las abadías y en el futuro próximo estará en las corporaciones multinacionales. Y los que menos recursos tienen no dispondrán de acceso a ella. Un pueblo inculto es un pueblo sometido.
El Gobierno desoye a la Comisión Europea y se niega a aplicar el canon por préstamo en bibliotecas públicas
Doscientas mil firmas contra el canon de bibliotecas
El gobierno no piensa implantar un canon a las bibliotecas
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