4 de noviembre de 2004

bastante / demasiado

(aria interrogante en minúsculas para tenor despistado y orquesta somnolienta)

¿cuándo es bastante? ¿cuándo es demasiado? decimos ya he tenido bastante o esto es demasiado, pero... ¿es lo mismo? ¿donde está el linde que separa bastante y demasiado? ¿puede ser bastante en ocasiones demasiado? ¿y a la inversa?
miro hacia el cielo y las gotitas de la lluvia me obligan a cerrar los ojos, ¿ha llovido ya suficiente? ¿llueve demasiado? ¿cuánto es bastante? ¿cuánto es demasiado?
hoy, en el autobús, se ha sentado a mi lado henry miller, maloliente, con manchas de café en su ajada gabardina marrón, hemos hablado de despertadores, de la muerte, de coños, de las calles grasientas e inmundas donde nos refugiamos, de política, de papeles extraviados, de aquel joven estudiante maricón que murió arrollado por el camión de la basura. henry habla demasiado, pero no lo bastante, al final se baja una parada antes que yo, precipitadamente y sin despedirse, y yo miro al otro lado del bus donde una chica inmigrante feucha y escuálida mira una foto de su novio mientras llora. demasiada distancia. o quizá bastante.