Haring Krishna

La primera, Memoria urbana, recopilaba fotos realizadas al artista y a sus obras en diversos lugares. La que ahora se ha inaugurado, titulada Obra completa sobre papel, es una soberbia muestra que reúne el grueso de la actividad artística de este personaje. Sin duda, una magnífica oportunidad para andentrarse de uno o más vistazos en el universo Haring.
Al margen de modas poppies, a mi Keith Haring me gusta. Mejor dicho, me gustan, pues creo que hay dos Haring dentro de Haring. Uno es el superficial, la tinta, la serigrafía, los colores planos y rabiosos, la iconografía de la sociedad de consumo que otros también llevaron a las salas de arte. Ese Haring, para mi, es un rebelde tierno, un geniecillo disfrazado de tímido chaval de barrio.
Ayer, sin embargo, creo que descubrí al otro Haring, al artista más íntimo. Ese también me atrae, sin duda, pero además me inquieta. Recorrer los pasillos de la exposición fue un poco como recorrer los pasillos de su cabeza, descubrir el temor naïf a la era atómica, la confusión de fin de siglo, la casi primitiva y fetichista veneración a los símbolos, la sensualidad y la obscenidad. El lenguaje de Haring, como su trazo, es grueso y definitorio.

1 Comments:
Qué buen blog...ojala hubiera más tiempo para pasear por ahí.
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